Joolz Hub 2 vs Bugaboo Dragonfly ¿Qué carrito es mejor?

Elegir cochecito en ciudad puede ser un dolor de cabeza. Quizá hayas oído hablar de los carritos Hub 2 y Dragonfly en alguna tienda o en internet. Joolz Hub 2 y Bugaboo Dragonfly son dos top ventas por razones distintas: el primero brilla por su compacidad real y ligereza; el segundo conquista por su sensación de robustez y por un capazo plegable que es puro salvavidas. Sois muchos los que nos consultáis diariamente por estos dos carritos, con dudas sobre cual es mejor.

Hoy os dejamos una comparativa valorando todas las facetas de estos carritos para que os sea más fácil tomar la difícil decisión.

¡Aquí va nuestra comparativa de Joolz Hub 2 vs Bugaboo Dragonfly!

Importante: Dimensiones de ambos carritos compactos

Una de las primeras cuestiones ,y de las más importantes, es el peso de los carritos así como sus dimensiones. Ya que vas a tener que estar utilizándolo diariamente, guardarlo en casa, meterlo en el ascensor... si estás mirando en el rango de los carritos ligeros, este punto te interesa y mucho.

En mano, el Joolz Hub 2 se siente más ligero, rondando los 9 kg, y su anchura de unos 52 cm lo hace muy “pasa-por-todo”: puertas, ascensores y pasillos estrechos no se le resisten. El Bugaboo Dragonfly pesa un poco más —alrededor de 10–10,5 kg— y mantiene una anchura similar, pero transmite ese puntito extra de solidez cuando el suelo se complica. En capacidad están empatados: ambos admiten hasta 22 kg del peque en modo silla.

Además, al plegarlo se nota la diferencia. El Hub 2 queda muy compacto y ligero de mover, así que si tienes que guardarlo en un rincón, subir algún tramo de escaleras o meterlo y sacarlo del maletero a menudo, te va a resultar más cómodo. El Dragonfly, aunque pese un poco más, queda muy “cuadriculado” y estable cuando lo dejas de pie, algo que viene genial si en casa vas justo de espacio y quieres apoyarlo sin que se venga abajo.

En el uso del día a día también cambia la sensación. Con el Joolz te mueves con mucha soltura por pasillos estrechos, cafeterías o el ascensor de la comunidad; gira fácil y no “tira” del brazo. El Bugaboo, por su parte, se siente más asentado cuando el firme está regular: subir un bordillo haciendo palanca o cruzar una zona de baldosas sueltas se hace con menos rebote. Al final, si priorizas ligereza pura, el Joolz es muy agradecido; si prefieres ese plus de aplomo, el Dragonfly te lo da sin volverse aparatoso.

Plegado y transporte

En el plegado vamos a valorar dos cosas. Vamos a fijarnos tanto el la facilidad del plegado de cada modelo y sus peculiaridades, como lo compactos que se quedan una vez plegados.

Los dos se pliegan con una mano y quedan de pie, pero el resultado no es idéntico. El Hub 2, una vez cerrado, queda más corto y bajito, así que encaja mejor en maleteros pequeños y en casas con poco hueco. Además, trae correa para colgar al hombro, muy práctica si vives subiendo y bajando escaleras o te mueves en metro y bus. El Dragonfly también se puede llevar al hombro, aunque plegado ocupa un poco más de largo. Su as bajo la manga es el capazo plegable: si cada centímetro cuenta, notarás la diferencia desde el día uno.

Aquí también importa la “coreografía” del gesto. Ambos tienen cierre automático para que no se abran solos, pero el Hub 2 resulta un pelín más rápido de pillarles el truco cuando vas con prisas o con el peque en brazos: bajas manillar, pliegas y listo, queda compacto y corto. En el Dragonfly el movimiento es igual de sencillo, solo que el bulto final es algo más largo, así que suele agradecerse colocarlo en vertical apoyado en una pared o dentro del maletero bien encajado. En casa se nota: el Joolz cabe mejor bajo un mueble o detrás de una puerta; el Bugaboo gana cuando lo dejas de pie y no quieres que “ruede” o se mueva.

Para transporte, la correa del Hub 2 es un plus si haces escaleras o combinas metro y bus; lo cuelgas al hombro y no te da la vida. El Dragonfly también se lleva al hombro sin problema, y como paquete queda muy estable, no va golpeando las piernas. Si viajas, el capazo plegable del Dragonfly es oro: te ahorra un volumen importante desde el primer día. Y, en general, los dos se defienden muy bien en maleteros pequeños; si lo colocas con ruedas hacia abajo y el manillar protegido, evitarás marcas y te durará más bonito.

Conducción y suspensión

Moverse con cualquiera de los dos es sencillo incluso con una mano. El chasis cortito del Hub 2 lo hace súper ágil entre percheros, mesas y pasillos, y la suspensión en las cuatro ruedas suaviza bien los baches urbanos. El Dragonfly, por su parte, recurre a ruedas algo más grandes y a una suspensión muy fina: en adoquines, bordillos o aceras irregulares se nota más aplomado y estable, ideal si tus paseos suelen ser largos.

En giros cerrados y maniobras rápidas, el Hub 2 responde al toque. El radio de giro es cortito y el manillar transmite muy directo, así que aparcar entre mesas o rodear un perchero es coser y cantar. La suspensión en las cuatro ruedas filtra bien las vibraciones típicas de ciudad y, al tener menos inercia, cuando cambias de dirección no “barquea”. Si llevas la cesta con peso, mantiene el tipo sin cabeceos y no sientes que te arrastre.

El Dragonfly se luce cuando el suelo se pone feo o el paseo es largo. Las ruedas algo más grandes y la puesta a punto de la suspensión le dan ese aplomo que agradeces en adoquines, juntas de dilatación o bordillos altos; haces palanca con el manillar y sube con menos rebote. También se nota muy estable a velocidad de crucero: si caminas rápido o haces tramos largos, va “sobre raíles” y cansa menos la muñeca.

En cuanto a frenos y agarre, los dos cumplen sobradamente en mojado y en seco. Si vives donde llueve a menudo o pasas por baldosas pulidas, el Dragonfly ofrece un puntito extra de tracción por rueda y geometría, mientras que el Hub 2 compensa con su ligereza: lo controlas fácil incluso con una mano ocupada. En resumen, ciudad estrecha y zigzag rápido favorecen al Joolz; terreno mixto y paseos largos ponen al Bugaboo en su hábitat.

Comodidad de la silla y la capota

Ambos montan sillas reversibles con reclinaciones generosas. El Hub 2 reclina completamente horizontal, suma reposapiés regulable y apuesta por acolchados suaves y paneles de malla que ventilan de maravilla en verano. El Dragonfly se queda muy cerca del horizontal, su arnés es rápido de ajustar y los textiles tienen gran tacto. En capotas van sobrados: en el Joolz es XXL con protección UPF 50+, mientras que el Bugaboo añade una visera extra y ventilaciones pensadas para los días calurosos.

Aquí la sensación para el peque es muy buena en los dos, pero con matices. En el Hub 2, al reclinar del todo y poder ajustar el reposapiés, la siesta queda “plana” de verdad, sin huecos en las piernas, y los acolchados abrazan sin agobiar. Además, el respaldo ventila fenomenal cuando aprieta el calor, y el mecanismo de reclinado va suave, sin ruidos que despierten al dormilón. En el Dragonfly la postura es muy parecida al horizontal y el arnés es comodísimo de manejar: lo ajustas en un momento aunque el peque lleve chaqueta. Los textiles tienen muy buen tacto y el asiento se siente más estructurado, así que en trayectos largos mantiene una postura estable.

En capotas no te falta cobertura en ningún caso. La del Joolz, al ser XXL con UPF 50+, te da sombra de sobra y crea ese “efecto cuevita” para siestas en plena calle; si hace calor, abres la malla y corre el aire. La del Bugaboo añade visera y ventilaciones muy bien colocadas, así que cuando pega el sol o el día es caluroso, notas menos bochorno por la zona de la cabeza. En días de viento o llovizna ligera, las dos protegen bien sin perder visibilidad gracias a las ventanillas, así puedes vigilar al peque sin estar levantando la capota cada dos por tres.

Uso desde recién nacido

Con capazo, los dos funcionan como un guante desde el nacimiento. El de Joolz es mullido y ventilado, pensado para siestas largas con buena temperatura. El de Bugaboo se pliega plano y eso, en pisos pequeños o maleteros compactos, es un antes y un después: guardas el capazo sin pelearte con el espacio. En ambos la altura es cómoda para coger y dejar al bebé sin forzar la espalda.

Aquí la experiencia del día a día también cuenta. Con el capazo del Joolz, al ser mullidito y muy ventilado, las siestas largas se respetan mejor: no da calor, no hace ruidos raros al mover la capota y el balanceo del chasis se nota suave al empujar. En el Dragonfly, el hecho de plegar el capazo plano es un salvavidas si vives con poco espacio o tienes que combinar coche + ascensor a menudo: lo pliegas, lo guardas sin dramas y sigues. En ambos, el colchón resulta cómodo y la capota protege bien, así que puedes pasear tranquilo incluso cuando sopla un poco de aire.

A nivel práctico, la altura es muy amiga de tu espalda en los dos: coges y dejas al bebé sin encorvarte y con buen control. Y cuando llegue el momento de pasar a la silla, irás sobre seguro: los dos te permiten llevar al peque mirándote a ti al principio y, más adelante, orientado al mundo, con reclinados generosos para que el cambio no sea brusco. Si haces mucha vida urbana y subes/bajas a menudo, el capazo plegable del Bugaboo te simplifica la logística; si priorizas temperatura y silencio para dormir, el de Joolz es un gustazo.

Almacenaje y vida real

Las cestas inferiores son grandes y aguantan carga de sobra, así que compras, mochilas y chaquetas encuentran su sitio sin inventos. Bugaboo suma un bolsillo/cestillo extra desmontable que puedes colocar donde te convenga o colgar del manillar, perfecto para tener a mano lo importante. En Joolz no viene ese bolsillo de serie, pero se lleva de maravilla con organizers y accesorios si quieres configurar tu “setup”.

En el día a día se agradece que el acceso a la cesta sea fácil hagas lo que hagas con la silla. Con ambos puedes meter una compra “de paseo” sin tener que desmontar nada, y si el respaldo va muy reclinado sigues entrando por los laterales sin pelearte. Cuando cargas bastante, los dos chasis se mantienen estables y no cabecean; si llevas botellas o un tupper, lo notarás todo en su sitio y sin ruidos raros.

El bolsillo extra de Bugaboo es un puntazo para la vida real: pañales, toallitas, llaves y el móvil a mano, y cuando no lo necesitas lo quitas y listo. En Joolz, aunque no venga de serie, el carro se lleva genial con un organizer: queda centrado, no molesta al plegar y te permite tener lo básico separado del “almacén” de abajo. Truco de uso: deja siempre el plástico de lluvia y una muselina en la cesta; caben de sobra en los dos y te salvan más de una.

Precio y valor

Están en la liga premium urbana. El Dragonfly suele posicionarse un poco por encima en precio, justificándolo con detalles como el capazo plegable y el sistema de almacenaje flexible. El Hub 2 destaca por una relación tamaño/peso/comfort muy redonda si lo que priorizas es compacidad real y facilidad de transporte.

¿Para quién es cada uno?

Si tu rutina pide ligereza, un plegado realmente pequeño y máxima agilidad en ciudad, el Joolz Hub 2 encaja contigo. Si te mueves por zonas exigentes, valoras ruedas un poco mayores, quieres el plus del capazo plegable y necesitas espacio extra a mano, el Bugaboo Dragonfly te hará la vida más cómoda.

Si haces mucha vida urbana, vas con prisa, coges a menudo metro/bus y en casa el espacio es justo, el Hub 2 es muy tú. Se lleva con una mano, cabe en cualquier rincón y su ligereza hace que subir un par de escalones o meterlo en el maletero sea rutina, no hazaña. Si además valoras siestas planas y buena ventilación en verano, suma puntos.

Si tus paseos incluyen adoquines, parques con tierra, bordillos altos o trayectos largos a paso alegre, el Dragonfly brilla. Las ruedas un pelín mayores y su suspensión afinada dan ese aplomo que cansa menos la muñeca, y el capazo plegable es un salvavidas si combinas coche + ascensor o el maletero es pequeño. El bolsillo extra a mano también te simplifica el día a día.

Conclusión

No hay ganador universal: hay cochecito adecuado para tu día a día. Quédate con el Hub 2 si buscas mínimo peso y un plegado que entra en cualquier parte; elige Dragonfly si prefieres robustez, practicidad con el capazo y almacenaje flexible. Con cualquiera tendrás un urbano premium que mima al bebé y te ahorra peleas con el espacio.

Para decidir, piensa en tu rutina real: cómo es tu portal y tu ascensor, cuánto maletero tienes, si haces mucha vida a pie o combinas coche y transporte público. Si puedes, pruébalos con algo de peso en la cesta, sube un bordillo, gira entre pasillos y mide el hueco donde lo guardarás en casa. Esa “prueba de la semana tipo” suele dejar claro cuál te encaja más sin necesidad de complicarte.

Y vete tranquila: con cualquiera de los dos vas servido en calidad, confort y acabados. Los textiles se sienten premium, la capota protege bien y la conducción en ciudad es de diez. A partir de ahí, lo que marca la diferencia es tu día a día: ligereza y tamaño mínimo si el espacio manda, o ese plus de estabilidad y practicidad si tus paseos son largos y el capazo plegable te salva la logística.